The purge of primary school teaching profession, like other groups, was an instrument of political repression organized and planned in order to establish, keep and legitimise the social-political «New Order» that aroze after the victory of Franco's army. There are three points to this article. The first point establishes the state of the question on the repressive nature and conditions in Franco's Spain. The repression adopted against the school teachers has its own quality: it is more preventive than punitive, trying with it to dissuade the pedagogue action of the teaching profession, a group who never had the confidence of the new regime nor the ideological mainstays which support it, including the catolical church. The second point tries to clear this mistrust, which goes back to the times of the Spanish Second Republic; in this mistrust the purge of the schoolteachers has its arguments. The third part studies the purge of Valencian schoolteachers, and analyses its political and social characteristics, concluding that an apolitical and scantily compromised group is purged essentially due to political accusations. Though the accusations were not harsh we can confirm the hypothesis of the preventive purge of the teaching profession, a group the Franco regime needed but kept by fear. The great lozers of this repression were not only the school teachers but the Spanish society itself. A society that saw how the new pedagogy under Franco's regime cut the progress that was finally underway only a few years prior.<br>La purga de los maestros de escuela primaria, como la de otros grupos profesionales, fue un instrumento de la represión política organizada y planificada para establecer, conservar y legitimar el «nuevo orden» sociopolítico que se implanta después la victoria militar de Franco. En este artículo planteamos tres cuestiones. La primera realiza un estado de situación sobre la naturaleza de la represión y las condiciones de la España de Franco. La represión adoptada contra el magisterio tiene sus manifestaciones específicas: es más preventiva que punitiva, tratando de disuadir la acción pedagógica de los maestros, grupo profesional que nunca mereció la confianza del nuevo régimen, ni de las fuerzas ideológicas que le sostenían, incluyendo la Iglesia católica. El segundo punto trata de clarificar esta desconfianza, que nos remite a los tiempos de la Segunda República. Tal desconfianza explica las razones de la purga de los maestros de la escuela primaria. La tercera parte explica la purga de los maestros valencianos, y aborda sus rasgos políticos y sociales, concluyendo que un grupo como éste, esencialmente sin compromiso político concreto, es reprimido por acusaciones políticas sobre todo. Mediante acusaciones no justificadas podemos confirmar entonces que la purga tuvo un carácter preventivo para los maestros, grupo que sin embargo necesitaba el régimen de Franco. Los grandes perdedores fueron no sólo los maestros sino la misma sociedad española. Una sociedad que vio cómo la nueva pedagogía del régimen de Franco cercenó y enterró un progreso muy destacado sólo unos años antes.